Desarrollo psicosexual de personas con Discapacidad Motriz

Sexualidad y afectividad en las personas con discapacidad

En la actualidad cuando se habla de sexualidad no sabemos realmente a que nos estamos refiriendo, existe una gran confusión conceptual cuando utilizamos este término, así nos sirve para referirnos a la genitalidad, o también cuando deseamos hablar de relaciones coitales, e incluso cuando queremos expresar afectos o sentimientos (García, 2009).
Según la OMS, la sexualidad es una fuente de placer, salud, bienestar, comunicación y comprensión que genera en las personas actitudes positivas ante sí mismo y ante los demás. Esta definición entiende la sexualidad como un aspecto central en la vida de los seres humanos. Adoptando un punto de vista sexológico, hablar de sexualidad, es enunciar la teoría del hecho sexual humano, que diferencia entre:
Resultado de imagen para discapacidad motriz desarrollo psicosexualsexuación: (lo que nos hace ser hombre o mujer)
sexualidad: (son las vivencias, nuestra forma de expresar que somos seres sexuales)
erótica: (forma de expresar la sexualidad).
Todo esto permite el desarrollo de tres dimensiones fundamentales para el ser humano:
dimensión relacional (es social, interacciones con los demás)
dimensión recreativa (es lúdica y placentera)
dimensión reproductiva (para procrear).
Con todas estas definiciones queda de manifiesto que la sexualidad no es solamente el “sexo” propiamente dicho, sino que engloba un conjunto de interrelaciones y su expresión variará de unas personas a otras, en función de sus experiencias, vivencias, creencias, edad, género, etc.
El desarrollo sexual de las personas con discapacidad difiere muy poco del de las personas sin tal discapacidad. Mientras que los desfases en otros aspectos de la vida psíquica, emocional o social son muy llamativos, los ritmos y las carencias del desarrollo del impuso sexual no están particularmente retrasados con respecto a las personas de su misma edad cronológica. Su interés por el sexo, suele ser precoz, y sus características sexuales suelen aparecer en la adolescencia, lo cual general cambios sistemáticos en la interacción con el sexo opuesto y un incremento generalizado en su interés por la sexualidad. (Navarro, 2000).

Desde los principios de normalización e integración, planteamos la sexualidad como un aspecto más de las personas con discapacidad, promoviendo su desarrollo integral y fomentando una actitud positiva, donde se destaque la formación y la educación en todas las áreas relevantes para que todas las personas puedan llegar a tener una vida sexual satisfactoria. Debe considerarse, que el fin último de una buena educación afectiva y sexual, es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.
A la hora de plantear una intervención en el plano afectivo y sexual de una persona con discapacidad, resulta esencial prestar atención a sus características individuales. Éstas en gran medida vendrán determinadas por la edad, sexo, tipo y grado de discapacidad e influencia ambiental. Partiendo de la base de que todos los profesionales en nuestro trabajo diario nos enfrentamos a distintas realidades (discapacidad intelectual, física, mixta, de grado leve, moderada, etc.), deberemos adaptar los contenidos, explicaciones y maneras de intervenir según las necesidades que presente cada individuo, respondiendo a sus demandas.Resultado de imagen para discapacidad motriz desarrollo psicosexual

SEXUALIDAD-DISCAPACIDAD A LO LARGO DE LA HISTORIA
El concepto de sexualidad en las personas con discapacidad se ha ido modificando de forma lenta y progresiva a lo largo de la historia, surgiendo diferentes modelos explicativos o paradigmas que han mediado en la conceptualización de la atención afectiva y sexual de las personas con discapacidad.
Haciendo un breve recorrido histórico de cómo ha ido evolucionando este concepto, destacaremos que hasta los años 50, existía una visión excluyente y peyorativa de la discapacidad, las personas vivían en instituciones o aisladas en su familia, y su único contacto con personas del otro sexo eran profesionales o familiares. Hacia los años 60 surge un cambio de paradigma y se empieza a apostar tímidamente por la integración y la normalización.
En 1971 se aprueba la Declaración de los Derechos de las Personas con Retraso Mental, donde se garantizan por ley los derechos sexuales de las personas con discapacidad, surgiendo entre los años 80 y 90 numerosos programas de educación sexual destinados a informar y prevenir sobre los riesgos asociados a la actividad sexual de las personas con discapacidad. En la actualidad, esta concepción ha ido cambiando, proliferando programas que no sólo informan sobre sexualidad y previenen de los riesgos derivados de ésta, sino que abarcan todos los aspectos relacionados con ella, educando para vivir la sexualidad.



Referencias:

file:///C:/Users/ferna/Downloads/informe-sexualidad-discapacidad.pdf

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