Su origen es muy variado: por presión continuada sobre una zona del cuerpo, por oclusión arterial, por infección estreptocócica o de clostridium, por radiodermitis, por dermatosis facticia, por quemaduras con calor o ácidos, etc.
En determinadas enfermedades la aparición de una escara puede ser de gran valor para el diagnóstico, por ejemplo en la fiebre botonosa mediterranea por picadura de garrapata, en la que aparece fiebre y una pequeña escara única en el punto donde se ha producido la picadura.2 Otra enfermedad en la que la aparición de una escara es muy importante para alcanzar el diagnóstico, es el carbunco o ántrax. También se forman escaras de forma intencionada tras la aplicación de determinados tratamientos dermatológicos, por ejemplo nitrógeno líquido que se emplea en el tratamiento de las queratosis actínica.
Debe distinguirse la escara de la costra, esta es otra lesión cutánea secundaria constituida por la desecación de exudados sobre la superficie de la piel, generalmente tras una erosión, úlcera o ampolla.
Su origen es muy variado: por presión continuada sobre una zona del cuerpo, por oclusión arterial, por infección estreptocócica o de clostridium, por radiodermitis, por dermatosis facticia, por quemaduras con calor o ácidos, etc.
¿En qué lugares del cuerpo suelen formarse las escaras?
Normalmente se forman en zonas en las que hay presión o fricción. Aparecen con más frecuencia cuando la persona está encamada o permanece mucho tiempo tumbada o sentada. Estas zonas más vulnerables son:
- Parte posterior de la cabeza.
- Parte posterior de los hombros.
- Zona lumbar.
- Sacro (zona final de la columna vertebral).
- Talones y tobillos.
- Codos y rodillas.
ACTORES DE RIESGO:
Inmovilidad ( silla de ruedas)
Fricción
Pérdida sensorial
Nutrición deficiente
Incontinencia o fuga de orina o heces(humedad)
Edad avanzada
Infecciones
Diabetes
Lesión Medular
Delgadez u obesidad extremos
Inflamación, retención de líquidos
Mala higiene
Piel Seca
PREVENCIÓN:
Lo más importante es impedir que las escaras se formen:
La movilización constante, es vital, no permanecer más de 2 horas en una sola posición.
Buena alimentación (rica en proteínas, calorías y vitaminas), abundantes líquidos (agua).
Higiene, mantener la piel limpia y bien hidratada (crema humectante y regeneradora).
Ropa holgada.
Utilizar colchones y cojines de gel, aire, espuma o saleas.
Estar atentos ante la aparición de zonas rojas o irritaciones. Examine el estado de la piel al menos una vez al día, teniendo en cuenta especialmente: Zonas expuestas a humedad (por incontinencia, transpiración, estomas, secreciones).
Detectar la presencia de sequedad, excoriaciones, eritema, maceración, fragilidad, temperatura, induración.
Mantenga la piel en todo momento limpia y seca.
Utilice jabones o sustancias limpiadoras con potencial irritativo bajo (jabón neutro).
Lave la piel con agua y jabón, realice un secado meticuloso sin fricción.
Referencias:
https://docs.google.com/viewerng/viewer?url=http://www.cilsa.org/wp-content/uploads/2014/08/9822-Impresion-Manual-Guia-de-uso-de-sillas-de-ruedas-web.pdf
https://galio-prodermo.mx/blogs/blog-tu-piel-sana/67898947-las-ulceras-por-presion-o-escaras-en-las-personas-con-discapacidad-motriz
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